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Argentina Campeón del Mundo: a un mes del título.

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La albiceleste sumó una nueva estrella tras un partido infartarte que terminó en un encuentro de penales, con Argentina gritando «campeón». Hoy se cumple un mes de esta memorable hazaña que quedó grabada en el corazón del pueblo argentino.

Hace un mes, Gonzalo Montiel caminó con admirable serenidad los 40 metros que lo separaban del punto penal. Lo hizo mientras una buena parte de la humanidad lo contemplaba con mirada anhelante, aún en estado de absoluta fascinación tras los 120 minutos más dramáticos de la historia del fútbol. Quizás, marchó sin plena conciencia de la existencia de ese ojo escrutador. Y con la candidez necesaria para que el peso de la faena no lo destruyera en pleno andar. Al llegar, acomodó el balón, tomó carrera, respiró hondo, remató cruzado y le dio la tercera Copa del Mundo a la Selección Argentina. Al mismo tiempo, se convirtió en inmortal y puso en orden al fútbol mundial. Y tal vez al planeta entero.

Los sentimientos que ha generado el hecho cultural «Argentina campeón del mundo» son tan potentes como diversos. Ninguna persona que haya vibrado al menos de un modo circunstancial con esta Copa tan espectacular y emocionante salió ilesa de la final del 18 de diciembre en Lusail. Lo vivido en el partido entre argentinos y franceses es aún hoy difícil de dimensionar. Fue comedia y tragedia. Fue un drama inalcanzable para cualquier autor. El ejemplo definitivo de la total supremacía de la realidad por sobre la ficción.

Por eso, el universo se siente diferente desde aquel día. Esto puede parecer una temeridad producto de la exaltación tras semejante torbellino de emociones, pero también es una percepción verdadera. Si una buena parte del género humano se apasionó con el penal de Montiel, no es imposible imaginar que algunas de esas vidas fueron tocadas en lo más profundo por el resultado del encuentro. Entonces, «la final del mundo» fue de verdad eso. La final del mundo conocido. Y el comienzo de uno nuevo.

¿Y cómo es ese mundo que hoy cumple un mes? Más luminoso. Más justo. Más ordenado. La primera razón de esta realidad más armoniosa tiene nombre propio: Lionel Messi. Nunca en la historia del deporte hubo tanta necesidad de ver una imagen. Los futboleros de todo el planeta soñaron durante más de una década con la fotografía del diez argentino y en sus manos el trofeo más hermoso. Aquella ocasión fallida en Brasil 2014 aún dolía en las almas más sensibles. La mirada perdida detrás del objeto del deseo. El amor trunco. El presagio funesto de que ya no habría otra oportunidad. De que la injusticia proverbial de este juego acabaría con las ilusiones.

Sin embargo, él sabía. Él lo había visto. Pero no con esa percepción borrosa de los sueños, sino con la nitidez que otorgan la confianza y la fe. Estaba seguro de que la vida le daría una nueva oportunidad. Entonces, a los 35 años, fue campeón del mundo. Después de un torneo extraordinario. Gracias a actuaciones conmovedoras. Tras siete partidos cuya descripción es una tarea imposible. Porque los artistas deben ser admirados por su arte y el arte se aprecia solo desde el sentimiento.

No siempre los merecedores de felicidad la consiguen. Mejor dicho, casi nunca lo hacen. Por eso, cuando sucede esa magia, el mundo se equilibra. Como si la alegría de aquellos que han hecho méritos para tenerla se contagiara a los menos dichosos. A los que no contaron con el guiño de la providencia. Messi campeón del mundo es también una muestra de que el talento, el temperamento y la constancia puede tener premio. Y que esto no es una frase vacía de un libro de autoayuda. Es realidad efectiva.

Si el capitán fue el mejor futbolista del certamen y ya debe ser considerado sin objeción alguna como el más grande de su época (y quizás de las épocas que vendrán), también ha quedado muy claro que el campeón fue el seleccionado que mejores virtudes mostró a lo largo de toda la Copa. El más parejo. El que mejor supo cuándo jugar y cuándo luchar. El que se adaptó con carácter y jerarquía a cada circunstancia. El que tuvo la mezcla justa de calidad individual con funcionamiento colectivo. El que se recuperó del mal comienzo con fútbol y garra. Argentina fue el mejor y el campeón, dos atributos que no siempre van juntos.

Lionel Scaloni es un entrenador contracultural. Un técnico de otros tiempos. De épocas en las que los conductores eran hombres callados, que ejercían un liderazgo de perfil bajo y que trabajaban sin estridencias. Hombres que no se apoyaban en un discurso pretencioso y que armaban sus conjuntos desde la plena confianza en sus instintos. Su victoria, rotunda, impresionante y fenomenal, es también la victoria de una forma antigua que gracias a él se convertirá en moderna otra vez. Porque Selección volaba con la dinámica y la potencia del presente y del futuro pero crecía con el toque del pasado. Mientras él, desde afuera, con un hablar pausado y sin ostentaciones, edificaba una leyenda cuya magnitud aún es imposible divisar.

Un cinco que sepa jugar. Dos centrales valientes. Un arquero arriesgado y con el carácter para aparecer en las difíciles. Buen pie en cada uno de los mediocampistas. Un diez que sea el mejor de todos. Y un delantero con gol y potencia. Nadie sabe cuál es la verdadera «nuestra» del fútbol argentino. Hay muchas maneras diferentes de vivir el juego en esta tierra, y todas han triunfado. Quizás, sea una mezcla de esas visiones. Picardía, talento, toque, fuerza, garra y coraje. Esta Selección campeona del mundo ha sabido unir en un mismo conjunto cada virtud mostrada en 140 años de historia. Y por eso su consagración es tan significativa para este país. Porque es la ratificación definitiva de que el pasado glorioso se transformará en un futuro igual de brillante.

El fútbol argentino es el más prestigioso del planeta. Se dijo en estas páginas antes de la final y se ratifica a un mes de la coronación en Qatar. En su suelo se crían los más grandes de todos los tiempos. Así ha sido siempre y así será. Para ser considerado el número uno, la primera condición es ser argentino. No es nacionalismo barato ni chauvinismo. Es un hecho objetivo de este juego. Del movimiento cultural más importante de la humanidad. ¿Por qué? Por contagio. Por el aire. Por la tierra. Por el fuego. Que Argentina sea el campeón del mundo (y que Sudamérica lo sea) se siente como aquello que debe ser. El placer del orden.

El pueblo argentino era el que más quería esta Copa del Mundo. Sí, esto es algo imposible de cuantificar, pero qué importa. Nadie deseaba este título más que los y las argentinos. Y esto quedó demostrado minutos después de la final. El festejo provocó la manifestación popular más grande de todos los tiempos. Las estimaciones numéricas no alcanzan para medir lo que de verdad importa: la descomunal felicidad que embargó a una nación. La alegría no solo significará tan solo un recuerdo dulce, sino también un refugio al que retornar en los días oscuros del futuro. La existencia de este sitio de amparo genera sosiego y da una sensación de seguridad que es una forma de orden.

No solo Messi batalló durante más de una década por este objetivo. A su lado lo acompañó, con su mismo paso decidido, Ángel Di María. El protagonista de la historia de redención más impresionante que se recuerde en el fútbol nacional. Tras quedarse afuera de la final de Brasil 2014 por lesión y sufrir más que nadie las derrotas y las críticas despiadadas, el crack surgido de Rosario Central se juramentó dejar todo para tener un cierre acorde a su amor por la camiseta. La vida lo premió con uno de los goles más hermosos de todos los tiempos. Y su nombre ya está escrito con letras doradas. Como solo él lo soñó durante las noches más oscuras.

La Selección Argentina que ganó el Mundial de Qatar 2022 ha construido su propia narrativa. Durante años ha escrito su fábula con la paciencia y el talento del mejor poeta. La ha elaborado con imágenes de felicidad, de angustia, de alegría, de sufrimiento. La ha vestido con delicadeza y con la finura que solo otorga la naturalidad. Porque creó su epopeya sin intentarlo, como si no hubiera otra forma de transitar sus circunstancias que con gracia literaria. El grupo humano consolidado, el amor fraternal entre los integrantes. El coraje y el talento como combustibles igual de importantes. La devoción por el capitán. Elementos de una épica particular. De una narrativa que ha tenido su deseado final feliz en un remoto rincón de Medio oriente.

Cada uno de estos aspectos le han dado vida a la sensación de orden que hoy se siente en Argentina y en buena parte del planeta. Al sentimiento que fue coronado con el cumplimiento de un presagio. Con la rotunda certificación del sino glorioso que ya estaba escrito. Porque una certeza estaba escondida detrás de cada esfuerzo argentino en la Copa del Mundo. Una muy íntima convicción. Un recóndito convencimiento impulsó a la Selección en sus siete partidos en el Mundial. Una certidumbre espiritual, emocional y alojada en lo más profundo del alma: ya somos campeones. Estaba escrito y solo quedaba jugar con el corazón y la cabeza para cumplir ese destino.

Hace un mes, la Selección Argentina le dio algo de orden a un mundo turbulento. Le puso belleza y arte a una realidad agobiante. Le puso justicia a un tiempo injusto.

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Messi habló tras su último partido oficial en Argentina: “Cuando estoy bien, disfruto, si no, la paso mal”

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Luego de anotar dos goles contra Venezuela, el capitán de la Selección aceptó que está “ilusionado” con jugar el Mundial, pero va “día a día”. “Obviamente no estoy preparado para dejar la camiseta”, añadió.

La noche en la que Lionel Messi disputó su último partido oficial de Eliminatorias sudamericanas en Argentina quedó marcada por una actuación memorable: el capitán de la selección argentina anotó dos goles en la victoria por 3-0 frente a Venezuela, en el estadio Monumental, y alcanzó así el gol número 134 con la camiseta nacional. El encuentro, correspondiente a la anteúltima fecha del certamen, se celebró en un ambiente cargado de emoción, con la Albiceleste ya clasificada al Mundial 2026.

El primer tanto de la noche llegó tras una jugada colectiva que desarmó la resistencia venezolana a los 39 minutos. Leandro Paredes recuperó el balón en el mediocampo y, con un pase de tres dedos, habilitó a Julián Álvarez. El delantero ingresó al área, amagó el remate y, reconociendo el protagonismo de Messi en la jornada, asistió al capitán. Rodeado por dos defensores y el arquero, el jugador del Inter Miami definió con una vaselina sutil, imposible de detener.

En la segunda mitad, Messi volvió a convertir. A diez minutos del final, Rodrigo De Paul profundizó para Thiago Almada, quien desbordó y envió un centro atrás que el rosarino transformó en su segundo gol de la noche. Poco después, estuvo cerca de marcar un triplete, pero el árbitro anuló su definición por posición adelantada. Con este doblete, Messi sumó su gol número 36 en Eliminatorias y el octavo en la actual edición del torneo.

Tras el cotejo, el capitán, de 38 años, enfrentó los micrófonos y le puso palabras a sus sentimientos. “Son muchas emociones, sabía que era el último partido acá por los puntos, viví muchas cosas en esta cancha, buenas y no tan buenas, pero siempre es una alegría jugar con nuestra gente, más después de ganar. Hace varios años que disfrutamos partido tras partido. Feliz”, prologó su discurso.

Ante la consulta respecto de por qué no estirar su romance con la Albiceleste estando vigente, declaró: “Es lo mejor poder terminar de esta manera acá. Por muchos años tuve el cariño en Barcelona, y mi sueño era tenerlo acá en el país, con mi gente. Durante muchos años se hablaron muchas cosas, pero me quedo con todo lo bueno, lo que viví es muy fuerte, hermoso”.

“Lo dije después del Mundial pasado: por edad, lo más lógico es que no llegue. Ya estamos ahí, estoy ilusionado, con ganas, pero es día a día, partido a partido. Tuvimos una seguidilla de partidos este año. Estuve parado unos días y volví, me resentí. Ahora pude jugar tres partidos seguidos. Es día a día, sintiendo sensaciones. Tenía claro que era el último por los puntos acá. Estoy tratando de sentirme bien y de ser sincero conmigo mismo. Cuando yo me siento bien, disfruto. Si no estoy bien, la paso mal y prefiero no estar. Voy a ir día a día”, se explayó sobre la posibilidad de que vaya por la defensa del título en la Copa del Mundo de Estados Unidos, Canadá y México 2026.

“Nueve meses pasan muy rápido, pero también es un montón. Nosotros terminamos la temporada a fin de año, tengo que hacer bien la pretemporada, ojalá podemos ser campeones en la MLS. Obviamente no estoy preparado para dejar la camiseta, no es algo que me guste, que quiero, pero va pasando el tiempo, dependo mucho de eso”, concluyó.

Más tarde, en la zona mixta, La Pulga confirmó que no viajará a Ecuador para disputar la última jornada por Eliminatorias: “Hablé con Leo (Scaloni) y él decidió que descanse porque vengo de una lesión y si bien estoy bien, preferimos evitar el viaje y tener que jugar otro partido. La idea es descansar bien y preparame para lo que se viene, que tendremos una seguidilla importantes. Nos jugamos la MLS (con Inter Miami) que la queremos ganar y es el objetivo. Espero estar bien y en octubre nos volvemos a encontrar para los amistosos”.

/DC

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Argentina vs. Venezuela: todo sobre el emotivo partido de Messi

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El conjunto argentino, ya clasificado y campeón del mundo, recibe al venezolano en un partido para llorarse todo.

En el marco de la fecha 17 de las Eliminatorias Sudamericanas, la Selección Argentina recibe este jueves a Venezuela.

El encuentro se juega desde las 20.30 horas de Argentina en el estadio Monumental. Se podrá ver por TyC Sports y Telefe.

El equipo campeón del mundo y de América ya tiene su lugar asegurado y hasta el primer puesto, pero se trata de un partido especial: el último por Eliminatorias y oficial en el país para Lionel Messi.

Enfrente, el conjunto del “Bocha” Batista llega en zona de repechaje y hasta con posibilidades matemáticas de acceder de forma directa al Mundial.

Probables formaciones de Argentina vs Venezuela

Argentina: Emiliano Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi, Nicolás Tagliafico; Rodrigo De Paul, Leandro Paredes, Alexis Mac Allister o Giovani Lo Celso, Thiago Almada; Lionel Messi y Julián Álvarez o Lautaro Martínez. DT: Lionel Scaloni.

Venezuela: Rafael Romo; Jon Aramburu, Nahuel Ferraresi, Wilker Ángel, Miguel Navarro; Eduard Bello, Telasco Segovia, Cristian Cásseres, Jefferson Savarino; Josef Martínez, Salomón Rondón. DT: Fernando Batista.

Cómo ver en vivo Argentina vs Venezuela

El partido será transmitido en Argentina por la señal de cable TyC Sports, y por la de aire Telefe. Además, se podrá seguir por medios digitales a través de Flow, Telecentro Play y Directv Go; y por la app MiTelefe.

/LPSJ

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San JuanDeportes 

San Juan vibró con la largada simbólica del Campeonato Argentino de Rally Raid

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La plaza departamental de Santa Lucía se convirtió en el escenario central de la largada simbólica del Campeonato Argentino de Rally Raid (CANAV), un evento que reunió a pilotos de renombre internacional y marcó el inicio de un fin de semana a puro deporte motor en la provincia.

El acto contó con la presencia del vicegobernador Fabián Martín; junto al intendente de Santa Lucía, Juan José Orrego; el ministro de Turismo, Cultura y Deportes, Guido Romero; y los diputados provinciales Federico Rizo, Carlos Jaime, Jorge Ripoll y Rosana Luque; además de autoridades departamentales y del automovilismo.

Durante su discurso, el vicegobernador Fabián Martín expresó la importancia de seguir acompañando a este tipo de competencias: “El deporte es una política de Estado para el Gobierno de San Juan, porque transmite valores de esfuerzo, sacrificio, respeto y responsabilidad que marcan a las personas para toda la vida”. Asimismo, felicitó a los organizadores y destacó el esfuerzo de quienes mantienen viva la pasión por el rally en la provincia.

La noche también incluyó un reconocimiento especial a los hermanos Kevin y Luciano Benavides, pilotos salteños de trayectoria mundial que compitieron en las categorías motos y UTV. Su presencia le dio un marco de jerarquía internacional a la cita, que además congregó a más de 50 tripulaciones de distintos puntos del país y del exterior.

El Municipio de Santa Lucía, anfitrión de la competencia, fue sede del vivac en el Camping Don Bosco, espacio abierto al público donde los fanáticos pudieron acompañar de cerca a los equipos y sus vehículos.

Con recorridos que abarcaron Rivadavia, la zona de Las Salinas y la Difunta Correa, el CANAV 2025 constó de más de 700 kilómetros de adrenalina en tres jornadas que vincularon el automovilismo con el turismo y la promoción de San Juan como destino deportivo de primer nivel.

/PrensaLegislatura

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