Sociedad Sucesos
Allanaron “la mayor cueva de la city porteña” por maniobras con el dólar.

El operativo se realizó en las oficinas de «Nimbus», en el piso 19 de San Martín 140, donde encontraron documentación que prueba la existencia de una estructura con ramificaciones internacionales destinada a fugar dólares al exterior. AFIP le pidió a Migraciones que dé aviso «en forma inmediata» si detectan en las fronteras al titular de la compañía, Ivo Esteban Rojnica.
La Dirección General de Aduana, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Policía Federal (PFA), y otras fuerzas de seguridad continúan realizando este juves un conjunto de operativos para detectar operaciones ilegales realizadas con divisas de denominación extranjera y, en las últimas horas, allanaron las oficinas de Nimbus, “la mayor cueva de la city porteña”, encontrando allí evidencia incriminatoria.
Luego de los operativos en el microcentro porteño que se extendieron hasta la noche del miércoles y que tuvieron como foco las “cuevas” que operan el denominado dólar blue, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi autorizó los allanamientos que estuvieron a cargo de la Policía Federal Argentina (PFA) y de la Aduana en la calle San Martín 140, piso 19.
“Para quienes analizaron los elementos que acumuló la causa en pocas horas, el escándalo que puede destaparse no tiene límites”, aseguraron fuentes del Ministerio de Economía.
Señalaron que “las derivaciones exceden las fronteras y alcanzan a Estados Unidos, adonde existía un servicio de apertura de cuentas offshore, Paraguay, donde el dueño de Nimbus compró propiedades millonarias y España, donde armó dos sociedades”.
“También tiene agencias financieras en Uruguay, Paraguay (Ciudad del Este y Asunción) y Bolivia. Además se detectaron operaciones y depósitos millonarios a nombre de una agencia de viajes que utiliza como ‘fachada’ para girar dólares al exterior”, indicaron las fuentes del Palacio de Hacienda.
“El nombre que surgió detrás de las oficinas de Nimbus fue el del ‘croata’ Ivo Esteban Rojnica, quien realmente las utilizaría y es considerado el principal operador de blue de la city”, afirmaron los voceros, quienes indicaron que “la puerta estaba cerrada y no había nadie en el interior. ‘El Croata’ anunció vía su abogado que no concurría ante el temor de quedar detenido. Entonces PFA volteó la puerta”.
Asimismo, las fuentes precisaron que “adentro de un amplio espacio con escritorios, computadoras y estaciones de trabajo que fueron requisadas se encontraron elementos de prueba que fueron secuestrados: apuntes manuscritos con detalle de operaciones cambiarias, máquinas contadoras de billetes, bolsos de distinto tamaño vacíos, valijas, y máquinas trituradoras de papel con documentación destruida”.
Una cuestión que llamó “la atención a los investigadores fue una serie de carpetas naranjas, con membretes y documentación que certificaba la apertura de cuentas en el exterior”, señalaron los voceros, que remarcaron que “por los datos contenidos, Argentina está en condiciones de cursar su aviso a la Fincen, el organismo antilavado de Estados Unidos”.
Por otra parte, indicaron que “se encontraron operaciones inmobiliarias en Paraguay y transacciones con sociedades españolas, además de transferencias a Uruguay y Bolivia”.
Otro de los elementos encontrados en las oficinas de Nimbus fueron fajas “para permitir adherir al cuerpo los billetes”, siendo las mismas “que se le encontraron a los chinos apresados, que daban también indicios bancarios de las extracciones de pesos”, destacaron las fuentes.
Se refirieron así al operativo con resultado exitoso que se registró este miércoles en la calle Montañeses al 2200, en el barrio porteño de Belgrano, donde la PFA detuvo a tres personas mayores de edad de nacionalidad china, quienes al ser requisadas se les detectó que ocultaban fajos de dólares escondidos y adosados sobre sus cuerpos, por unos US$ 700.000.
Los tres detenidos serán indagados por el juez De Giorgi y en principio el delito imputado es «lavado de activos».
Según explicaron a Télam fuentes del caso, la intención es que las declaraciones indagatorias se concreten lo antes posible, porque se aguardaba la llegada del sumario policial y también se solicitó un traductor del idioma chino.
El magistrado evaluará si indaga a los detenidos de manera presencial o virtual en la causa que está bajo secreto de sumario.
En otro operativo, llevado a cabo en las cercanías de la ciudad entrerriana de Gualeguaychú, Gendarmería Nacional secuestró US$ 501.500 que llevaban dos personas en un auto sin tener la documentación legal que avalaba su tenencia.
El dinero fue encontrado luego de que efectivos de la Sección Seguridad Vial Ceibas, perteneciente al Escuadrón 56 Gualeguaychú inspeccionaran una camioneta Toyota Hiace conducida por dos ciudadanos mayores de edad.
En el operativo, que se desarrolló sobre el kilómetro 158 de la Ruta Nacional N° 12, los gendarmes encontraron una caja plástica azul en el vehículo que contenía un bolso con US$ 501.500.
Los agentes procedieron a decomisar el dinero, tras una orden del Juzgado Federal de Gualeguaychú, el cual quedará depositado en una cuenta judicial del Banco Nación (BNA), según informó Gendarmería hoy en un comunicado.
Los conductores no contaban con la documentación legal que avale su tenencia, encontrándose en infracción al artículo 303 del Código Penal.
Uno de los objetivos de los procedimientos es identificar puntos clandestinos de cambio de divisas como las denominadas “cuevas” o los “arbolitos” que operan el dólar blue, con el objetivo de frenar las operaciones en el mercado informal de divisas en medio de la tensión por la suba del dólar estadounidense.
@Télam.
/Imagen principal: Pablo Añeli/


Esta violenta situación ocurrió el pasado miércoles 6 de agosto. La joven debió ser ingresada en el hospital Rawson.
Un nuevo hecho de inseguridad marcado por la violencia se registró en la provincia de San Juan. Las víctimas fueron una madre y su hija, quienes fueron sorprendidas por delincuentes. La más joven se llevó la peor parte ya que no sólo fue agredida, sino también arrastrada.
Todo se dio en el departamento Rawson, cuando Claudia Mercado de 50 años caminaba por la calle Olegario Andrade junto a su hija, Yamila Torres de 33 años. En ese contexto se les acercaron dos desconocidos que se movilizaban en una bicicleta.
Estos sujetos descendieron del rodado y se abalanzaron violentamente sobre ellas. Torres se resistió, pero uno de los malvivientes logró quitarle su cartera luego de arrastrarla por el suelo. Dentro de la misma llevaba $100 mil, estudios médicos, documentación personal y remedios.
Instantes después los cacos se dieron a la fuga. Posteriormente las víctimas se trasladaron hasta la comisaría 25° y radicaron la denuncia. Allí se determinó que la joven necesitaba ser llevada hasta el hospital Rawson, ya que había sufrido la luxación de uno de sus tobillos.
/C13
Sociedad Sucesos
Cómo fue la desaparición del adolescente cuyos restos fueron encontrados 41 años después

Un simple trabajo de albañilería como el que puede ocurrir en cualquier lugar y a cada momento terminó abriendo las puertas hacia uno de los misterios más resonantes del año: la aparición de huesos enterrados a la altura de la medianera en una casa del barrio porteño de Coghlan y cuya identidad acaba de ser confirmada por la justicia. Los restos hallados tres meses atrás ahora se sabe que pertenecieron a Diego Fernández, un joven que era buscado por su familia desde el 26 de julio de 1984, día en el que fue visto por ultima vez a tres cuadras de donde aparecieron sus restos. Ahora falta develar las otras incógnitas del caso: la autoría y el móvil del homicidio.
Todo comenzó el 20 de mayo pasado, cuando unos obreros que estaban removiendo tierra y escombros en una propiedad de Congreso 3748 se encontraron con restos óseos debajo de una pared colindante. El hallazgo alcanzó notoriedad porque la obra en cuestión se estaba realizando en una casa que había sido habitada por el músico Gustavo Cerati. Sin embargo, la osamenta descubierta resultaba estar en el inmueble de al lado.
Los albañiles se comunicaron con la comisaría vecinal 12C que solicitó la tarea de la Policía Científica, que tras cuatro horas de trabajo inicial halló decenas de huesos y objetos personales. El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), en tanto, se acopló para colaborar en la búsqueda de la identidad. Los análisis permitieron aproximar sexo, edad y contextura y esa información llamó la atención de la familia de Diego, para la cual su pariente se encontraba desaparecido desde julio de 1984. Los cotejos de ADN terminaron confirmando la sospecha y dieron fin a una búsqueda de 41 años.
Según la denuncia que habían hecho oportunamente sus padres, Diego tenía entonces 16 años y vestía pantalón de jean, campera azul y botas marrones. Aquella jornada la había comenzado yendo al Escuela Nacional de Educación Técnica 36 del barrio de Saavedra, donde cursaba el secundario. Regresó a la casa familiar de Villa Urquiza a las 14.45 y almorzó con su madre, ya que su papá se encontraba trabajando y sus hermanos estaban estudiando. Luego salió a dar unas vueltas en su moto, volvió y nuevamente salió, aunque sin indicar con precisión su nuevo destino. “De improviso me comunicó que iba a la casa de un amigo y me pidió cambio para el colectivo. ‘Chau, hasta luego’, fueron sos últimas palabras”, contó su mamá en aquel tiempo.
Recién a las 20.30 de aquel 26 de julio comenzó la preocupación por la falta de novedades. “Estábamos acostumbrados a su puntualidad, siempre estaba en casa a la hora de la merienda o a la cena. Todo su tiempo era para el estudio y el fútbol, del que era fanático”, agregó la madre. En ese entonces Diego jugaba en las divisiones inferiores de Excursionistas, club que en la tarde de este martes hizo una publicación en sus redes sociales en solidaridad con la familia por el hallazgo. “Jamás faltó. Si iba a comer a la casa de su abuela que vive en Belgrano, llamaba para decir en el momento en que salía”, aportó el padre.
El primer estupor se produjo esa misma noche: los padres de Diego fueron a la vecina Comisaría 39 y el policía que los atendió intentó disuadirlos. “Dijo que seguro estaba con alguna ‘mina’, que ya iba a volver”, confesó su madre, naturalmente indignada. Por ese motivo, al día siguiente se dirigieron a la división de Búsqueda de Personas Desaparecidas. “Mi esposa estuvo siete días con sus noches parada en el balcón, sin comer, sin dormir, esperándolo. Nuestra vida es un vía crucis”, reveló el padre en su momento. Los dos estaban convencidos de que no se había ido por su cuenta. “Algo le pasó”, insistía su mamá. “Él tenía unos dólares guardados y los dejó en el placard. Es más: salió sin documentos, con la ropa del colegio. Además, si hubiese pensado irse, se hubiese llevado la motito”.
Al ver que las fuerzas oficiales no avanzan en la búsqueda, la familia decidió encargarle a una imprenta una pila de volantes con la descripción física de Diego, una foto de su busto y tres teléfonos de contacto. Así, empapelaron el barrio de Urquiza, donde vivían, y los aledaños. Pero eso generó un efecto inverso: comenzaron a recibir llamadas con pistas falsas. “Una madrugada, a las seis de la mañana, una mujer nos llama para decirnos que había visto a un chico igual al nuestro durmiendo en un auto por Avenida La Plata”, contó la madre. «Salimos corriendo y efectivamente había un chico casi igual al nuestro: se había olvidado las llaves de la casa y estaba esperando que la madre se despertara”.
“También vino una abogada que había estado en el (instituto psiquiátrico) Montes de Oca y decía haberlo visto. Había algo que nos convenció: decía que ese chico repetía constantemente ‘mamá’ y el nombre de mi señora”, agregó el padre. “Fuimos inmediatamente… pero no era nuestro Diego”. La desesperación los llevó hasta lo indecible, desde recorrer morgues hasta consultar a parapsicólogos, un recurso que en ese entonces era más común de lo imaginado (el ejemplo más notable fue en la investigación por la desaparición de la médica Cecilia Giubileo en 1985, donde una vidente le sugirió a los investigadores revisar un tanque de agua)
“No investigaron nunca, ni siquiera fueron al club o al colegio, nunca se interesaron por saber cómo era mi hijo”, le relató el papá de Diego en una entrevista concedida a Esto, revista de la época. “Al técnico de Excursionistas, que se ofreció voluntariamente a ser citado, no lo llamaron. Para ellos es un caso más. La policía dice que tienen tres mil casos iguales”. La causa siempre estuvo caratulada como “Fuga de hogar” hasta que prescribió. Ahora, con este nuevo hallazgo, Martín López Perrando lleva adelante una nueva investigación desde la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correcional 61 con la carátula de “Averiguación de delito” y algunas hipótesis en danza.
/P12

Recibió un mensaje en el que le decían que había transferido dinero a otra cuenta desconocida. Él respondió y le hicieron morder el anzuelo para embaucarlo.
El anzuelo fue un mensaje que llegó a través de correo electrónico y que le alertaba que, desde su cuenta, había hecho una transferencia a otra persona. La notificación parecía alertarlo de un movimiento sospechoso de dinero, pero aparentemente resultó ser la trampa de unos estafadores que luego lo engañaron por teléfono y lo estafaron en 3.500.000 pesos.
Esta nueva estafa cibernética se cometió el sábado último en horas de la noche; es decir, un día y horario propicio para el engaño. Y el que cayó en el fraude fue un señor de 54 años, de apellido Pereyra, que jamás imaginó que estaba siendo víctima de embaucadores. Él estaba en su casa del barrio Jardín II de Rivadavia, cuando sufrió la estafa.
Fuentes policiales contaron que el hombre dijo que, el sábado alrededor de las 20, recibió un mensaje por correo que le notificaba que acababan de realizar una transferencia de 50 mil pesos desde su cuenta de Mercado Pago. Eso lo asustó, entonces rápidamente entró a internet y buscó algún teléfono de la plataforma de pago digital, según explicó una fuente del caso. Otra versión decía que, en aquel primer mensaje, recibió también un número telefónico para contactarse.
Lo cierto es que Pereyra llamó a un número de celular en donde le contestó un desconocido, quien terminó engañándolo. Ese sujeto tomó nota de su reclamo y empezó a pedirle datos personales, así fue que supuestamente le sacó las claves de sus cuentas de Mercado Pago y del Banco Francés. El hombre no se dio cuenta de que estaba siendo blanco de una maniobra delictiva, pues minutos después le vaciaron las cuentas. Según fuentes policiales, transfirieron 3.500.000 pesos a billeteras virtuales desconocidas.
El hecho fue denunciado el domingo último en la Brigada de Investigaciones de la Central de Policía de San Juan, pero será investigado en la UFI Delitos Informáticos y Estafas.
/TSJ
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