Pese al orgullo talibán, los 38 millones de afganos ahora enfrentan una severa crisis humanitaria, agravada luego de que millones de dólares en reservas fueron congelados y la suspensión de ayuda externa.
Las dificultades para los afganos comunes, en especial las mujeres, aumentó
Los talibanes cerraron las escuelas secundarias para niñas en varias provincias e impiden a las mujeres asumir muchos cargos públicos y también las obligaron a cubrirse totalmente en público.
El martes, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) alertó que seis millones de afganos están en riesgo de hambruna.
Pero el portavoz gubernamental Zabihullah Mujahid aseguró que hubo «grandes logros» el último año.
«Los afganos ya no están muriendo en una guerra, las fuerzas extranjeras se han retirado y la seguridad mejoró», ponderó.
La salida de las derrotadas tropas occidentales la medianoche del 31 de agosto de 2022 puso fin a la guerra más prolongada de Estados Unidos que comenzó tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
Unos 66.000 soldados afganos y 48.000 civiles murieron en el conflicto, pero fue el fallecimiento de 2.461 soldados estadounidenses lo que generó una profunda conmoción en la opinión pública norteamericana, que no logró digerir una tragedia que hizo recordar a la sufrida en Vietnam.
También murieron más de 3.500 soldados de otros países de la coalición bélica Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Dos semanas antes del final de la retirada escalonada, los talibanes retomaron el poder tras una ofensiva relámpago contra las fuerzas gubernamentales.
/Télam
