Sociedad Sucesos
A 56 años de la recuperación simbólica de Malvinas por un grupo de militantes.

Un grupo de 18 militantes de la Juventud Peronista llevaba a cabo hace 56 años la simbólica recuperación de las islas Malvinas, en una acción que se denominó como Operativo Cóndor y que se inició con el secuestro en pleno vuelo de un avión que fue desviado hacia el archipiélago, donde se izaría la bandera argentina después de 133 años.
Dardo Cabo, un curtido activista de los sectores más combativos del justicialismo, se encargó de planificar esta acción y de convocar al grupo que llevó a cabo la arriesgada misión de viajar a las Malvinas con el propósito de «reafirmar los derechos del país» sobre esos territorios.
La idea del operativo empezó a gestarse un año antes, cuando se conocieron Dardo y María Cristina Verrier, una periodista y escritora que se acercó al joven dirigente con la intención de hacerle una nota que marcaría el inicio de la relación que los unió por más de una década.
Un mes antes, Cabo reclutó a 16 militantes y les comunicó cuál era el propósito y las posibles consecuencias de aterrizar con un avión en las Malvinas, que iban desde la cárcel hasta la muerte.
Apoderarse de un avión.
El plan requería apoderarse de un avión DC-4 de Aerolíneas Argentinas, que hacía una ruta regular hacia Tierra del Fuego; y la fecha para la concreción del operativo no era casual, ya que en esa nave viajaba el contralmirante José María Guzmán: era el gobernador de facto de un territorio que comprendía a las Malvinas, pero estaba en ascuas sobre el operativo.
Verrier había viajado varias veces en ese vuelo y tenía estudiados varios aspectos, y se encargó de pasar el dato de que el 648 trasladaría a Guzmán a Ushuaia.
El DC 4 despegó desde Buenos Aires a las 0.30 y llevaba un pasajero célebre que había sido convocado por Dardo Cabo con la promesa de «tener una gran primicia», y se trataba de Héctor Ricardo García, editor del diario Crónica y de la revista Así.
García decidió asistir a la cita armada por Cabo y se presentó esa noche en el aeropuerto con la esperanza de cubrir alguna noticia que tuviera que ver con la presencia de Ernesto «Che» Guevara en el norte de Argentina o la ubicación del cadáver de Eva Perón.

«No jodan muchachos»
A las 6 de la mañana, cuando el avión volaba sobre la Bahía San Julián, en Santa Cruz, Dardo Cabo y Alejandro Giovenco -quien entonces tenía 21 años- se dirigieron a la cabina del piloto, Ernesto Fernández García, quien, sorprendido, sólo atinó a reírse cuando le dijeron que debía desviar el rumbo hacia las Malvinas.
«No jodan, muchachos», afirmó el piloto, y recibió como respuesta una cortante orden de parte de Cabo: «Esto no es chiste; estamos armados. Haga lo que le decimos».
Fernández García adujo que no conocía el rumbo que debía tomar porque la empresa no iba a ese destino, pero Dardo Cabo tenía las coordenadas y le dijo que el avión tenía «combustible de sobra» para llegar a las Malvinas.
El aterrizaje se produjo a las 8, en una pista de turba, y pese a la gran maniobra que realizó, el piloto no pudo evitar que una rueda de la nave se hundiera en el suelo del aeródromo de Puerto Argentino.
La presencia del avión se convirtió en toda una novedad para la comunidad isleña, y varios de sus integrantes concurrieron al aeropuerto a ver qué pasaba.

Algunos de ellos, incluso, fueron tomados como rehenes por los argentinos, entre ellos varios agentes de la policía local y el capitán de las fuerzas de defensa, un mercenario de origen belga que había servido en el Congo.
Dardo Cabo comunicó al continente que el operativo se había cumplido con éxito y la noticia se recibió con mucha efervescencia en los ambientes políticos y estudiantiles de Buenos Aires.
Sin embargo, el dictador Juan Carlos Onganía calificó al hecho como «un acto de piratería», temeroso de que se generara un incidente diplomático con Gran Bretaña.

La rendición.
Tras 36 horas de permanencia en el aeropuerto y la entrega de una carta al gobernador de Malvinas, Sir. Cosmo Dugal Patrick Thomas Haskard (ausente ese día), los argentinos se rindieron tras la negociación del sacerdote católico que oficiaba en las islas, el holandés Rodolfo Roel, quien durante el operativo ofreció una misa para los argentinos.
«Al final, nos fueron rodeando con los otros soldados y policías que había en Malvinas. Nos apuntaron con armas largas y cañones antiaéreos. Roel nos convenció de que nuestra misión estaba cumplida», repasó años atrás en declaraciones a Télam Norberto Karasiewicz, quien participó del operativo.
Tras la rendición, «los cóndores» quedaron alojados en un galpón y luego fueron trasladados al buque de la Armada Argentina Bahía Buen Suceso, desde una lancha carbonera, en un traspaso que se hizo en altamar.
Los integrantes de operativo fueron alojados en el penal de Ushuaia y juzgados por la justicia de Tierra del Fuego, que, al no existir jurisprudencia que penara la piratería aérea, se limitó a dictar condenas por el delito de privación ilegítima de la libertad, portación de armas y asociación ilícita.
Dardo Cabo, Alejandro Giovenco y Juan Carlos Rodríguez debieron pasar tres años en prisión debido a sus antecedentes penales, en tanto que el resto de los integrantes de la misión quedaron libres tras nueve meses de confinamiento.


La Policía encontró cocaína y dinero en efectivo. Detuvieron a una mujer, su hijo y a otro hombre conocido en el ambiente delictivo.
Vecinos de la zona de Rivadavia denunciaron de manera anónima que había gente que comerciaba estupefacientes. Tras el relato de la gente, las autoridades realizaron un procedimiento en el que encontraron dinero en efectivo y cocaína, además detuvieron a dos hombres.
De acuerdo a lo que informaron fuentes policiales, el Departamento Drogas Ilegales de la Policía de San Juan, dependiente de la Dirección Judiciales D-5, realizaron los procedimientos judiciales durante el fin de semana pasado.
Bajo la dirección de la Unidad Fiscal Federal San Juan, a cargo del Dr. Francisco José Maldonado, y con la colaboración del Grupo Especial GERAS, se realizaron allanamientos en la Villa Lourdes, departamento Rivadavia. Tras varios meses de investigación, se desarticularon dos kioscos de droga y se detuvo a tres personas: una mujer mayor de edad con su hijo menor de edad y un ciudadano conocido como «Sin Alma».

Durante el operativo, se secuestraron más de 50 gramos de clorhidrato de cocaína, fraccionados en más de 100 dosis, $300.000 pesos argentinos, 8 teléfonos celulares y elementos de fraccionamiento. Los canes detectores de narcóticos del Departamento Drogas Ilegales participaron activamente en las medidas judiciales, y los narcotest confirmaron la presencia de sustancias estupefacientes.
Las autoridades confirmaron que los procedimientos fueron resultado de denuncias anónimas de vecinos de la zona, quienes se manifestaron molestos por la actividad inusual y propia del narcomenudeo. Las personas detenidas quedaron a disposición del Juzgado Federal.
/C13

Sucedió en las calles Pedro de Valdivia y Periodistas Sanjuaninos.
Un grave siniestro ocurrió en la tarde de este viernes en la zona de Trinidad, cuando una moto y un auto chocaron en circunstancias que aún se investigan. El hecho sucedió cerca de las 17 horas, en inmediaciones del barrio Malantiales.
La víctima fue un hombre de 60 años que circulaba en una moto marca Honda en sentido de norte a sur. Producto del impacto, el motociclista falleció en el lugar.
El auto era conducido por una mujer de 30 años, quien fue trasladada por personal policial para someterse a los estudios correspondientes, incluyendo el test de alcoholemia.
Efectivos de la Policía y de la Policía Científica trabajan en el lugar para relevar pruebas y reconstruir lo sucedido. Según informaron fuentes del caso, en la zona no hay cámaras de seguridad ni semáforos, lo que complica la investigación del siniestro.
Tras el choque, la moto quedó visiblemente dañada, mientras que el auto presentó desprendimiento de la óptica y del paragolpes delantero.
Las autoridades intentan establecer las responsabilidades del hecho y determinar la mecánica del impacto.
/C13

En Rawson, arrestaron a un sospechoso por delitos y además incautan vehículo relacionado con una de las denuncias, que eran radicadas en Pocito.
La Sección Brigada de Investigaciones Sur llevó a cabo una minuciosa labor de investigación en relación con hechos delictivos registrados en el Departamento Pocito. Con una orden judicial emitida por la Unidad Fiscal de Investigación de Delitos Contra la Propiedad, se realizó un allanamiento en el Barrio La Estación, en el Departamento Rawson.
Como resultado, se logró la detención del presunto sospechoso, un hombre mayor de edad identificado con el apellido Delgado, quien posee múltiples antecedentes por diferentes delitos. Además, se incautó un automóvil marca Chevrolet Corsa, utilizado en la comisión de los hechos ilícitos.
Hasta el momento, Delgado es señalado como responsable de al menos cuatro hechos delictivos ocurridos en la zona del Departamento Pocito.
/SJ8
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